Las leyes fundamentales de los sistemas hidráulicos se originan en los principios básicos de la mecánica de fluidos. Simplificadas y perfeccionadas mediante la práctica de la ingeniería, conforman seis leyes esenciales propias de la industria hidráulica. Estas leyes interrelacionadas explican en conjunto aspectos fundamentales como la generación de presión, el control del caudal y la transferencia y distribución de energía en los sistemas hidráulicos. Dichas leyes son: la Ley de Generación de Presión (Ley P), la Ley de Generación de Caudal (Ley Q), la Ley de Pérdida de Presión (Ley ΔP), la Ley de Distribución de Presión con Cargas Múltiples, la Ley de Distribución de Caudal y la Ley de Pérdida de Caudal (Ley ΔQ).
| Nombres de leyes | Declaración central | Importancia en ingeniería |
| Ley de generación de excitación | La presión depende de la carga. | La presión del sistema viene determinada por la fuerza externa que el actuador debe vencer. |
| Ley de generación de flujo | El flujo determina la velocidad | La velocidad del actuador está determinada por el caudal de suministro de aceite. |
| Ley de pérdida de fuerza | La diferencia es proporcional al cuadrado de la velocidad del flujo. | Principal fuente de calor del sistema, que afecta a la eficiencia |
| Ley de distribución de excitación | La fuerza no se puede distribuir en paralelo. | Las cargas múltiples requieren una acción secuencial o aislamiento de presión. |
| Ley de distribución de flujo | El flujo se distribuye según la demanda. | Estrategia de distribución de flujo para múltiples actuadores |
| Ley de pérdida de flujo | Las fugas son inevitables. | Afecta la eficiencia volumétrica y requiere un control adecuado. |
«La presión depende de la carga»: este adagio clásico en la industria hidráulica resume con precisión la esencia de la Ley de Desarrollo de Presión (Ley P). En un sistema hidráulico, la presión no la genera únicamente la bomba hidráulica; es la respuesta del sistema a la carga externa. Cuando el aceite hidráulico empuja el pistón del cilindro para vencer la resistencia externa, la presión del sistema aumenta naturalmente; cuando la carga disminuye, la presión también disminuye. Esta ley revela la lógica operativa fundamental de los sistemas hidráulicos: la bomba proporciona el caudal, mientras que la presión es el producto de la resistencia de la carga al movimiento del fluido.
Este principio se puede verificar con un experimento sencillo: coloque un gato hidráulico debajo de automóviles de distintos pesos. Al levantar un automóvil pequeño, el manómetro mostrará una lectura baja; al levantar un camión pesado, la lectura será significativamente mayor. Aunque la bomba suministre la misma cantidad de aceite, la presión está completamente determinada por la carga. En la práctica de la ingeniería, los operadores suelen observar los cambios en la presión del sistema para determinar el estado de carga del equipo, lo cual es una aplicación de la Ley de Desarrollo de Presión.
La ley del desarrollo de la presión tiene dos excepciones importantes que profundizan nuestra comprensión del desarrollo de la presión:
Desarrollo de presión dinámica: Cuando un flujo de fluido a alta velocidad se obstruye repentinamente (por ejemplo, al cerrarse rápidamente una válvula), su energía cinética se convierte en energía de presión, generando una sobrepresión que supera con creces la presión estática. Este fenómeno es especialmente pronunciado durante paradas bruscas o cambios de dirección en maquinaria de construcción, pudiendo causar vibraciones en las tuberías o fallos en los sellos.
Presión en condiciones de fuga: En un sistema con fuga, la capacidad de generar presión depende no solo de la carga, sino también del equilibrio entre la fuga y el suministro de aceite. Cuando la fuga es excesiva, el sistema puede ser incapaz de generar la presión suficiente para soportar la carga, un problema común en bombas o cilindros hidráulicos desgastados.
La ley de desarrollo del flujo (ley Q) revela la esencia de la velocidad de movimiento en un sistema hidráulico: la velocidad de un actuador está determinada por el caudal que se le suministra. Esta ley demuestra una relación matemática precisa para cilindros y motores hidráulicos:
(V: velocidad del pistón; Q: caudal; A: área efectiva del pistón)
(n: velocidad; Q: caudal; q: cilindrada del motor)
Estas fórmulas indican que se puede aumentar la velocidad de extensión del cilindro incrementando el flujo de aceite o reduciendo el área del pistón; para aumentar el par motor se requiere incrementar la presión o seleccionar un motor de mayor cilindrada. Durante el funcionamiento de la excavadora, el desplazamiento de la palanca de operación controla eficazmente la apertura de la válvula, regulando así el flujo que entra al cilindro y, en última instancia, logrando un control preciso de la velocidad del cucharón.
Idealmente, el caudal de una bomba hidráulica debería convertirse completamente en movimiento del actuador. Sin embargo, en la práctica, las fugas internas y externas son inevitables; esta es una característica fundamental de la transmisión hidráulica. Las fugas internas se producen principalmente en las holguras entre los pares de fricción de la bomba, la válvula y el motor, como la holgura entre el émbolo y el orificio del cilindro en una bomba de émbolos y la holgura entre el núcleo y el manguito de una válvula de carrete. Si bien estas fugas reducen la eficiencia volumétrica, son necesarias para la lubricación y el mantenimiento de los cojinetes hidrostáticos.
Las fugas internas en los componentes hidráulicos modernos se han controlado eficazmente. Por ejemplo, las válvulas de cartucho roscadas de última generación presentan una tasa de fuga interna de tan solo 3-6 gotas/hora (aproximadamente 1 ml). Sin embargo, las fugas externas en el sistema aún requieren una atención considerable, especialmente en las juntas y sellos de las tuberías. Gracias al desarrollo de tecnologías como los pernos de alta resistencia de grado 12.9, este problema de fugas externas ha mejorado significativamente.
La conservación de la potencia es otra manifestación importante de la ley de flujo: N = P × Q / 60 (kW). Esta relación cuantitativa establece que, a potencia constante, la presión y el caudal están mutuamente condicionados: un aumento de la presión requiere una disminución del caudal, y viceversa. Las bombas de desplazamiento variable de potencia constante utilizan este principio, reduciendo automáticamente el desplazamiento a medida que aumenta la presión de carga para mantener la potencia constante.
A medida que el aceite hidráulico fluye por un sistema, inevitablemente encuentra resistencia, lo que provoca una caída de presión. Esta pérdida de presión (ΔP) es la principal causa de calentamiento en los sistemas hidráulicos. La pérdida de presión se debe principalmente a dos factores:
La relación entre ΔP y el cuadrado de la velocidad del flujo (ΔP ∝ v²) es la base de la ley de pérdida de presión. Esto significa que cuando la velocidad del flujo se duplica, la pérdida de presión se cuadruplica. Por lo tanto, controlar la velocidad del flujo es un principio fundamental en el diseño de sistemas hidráulicos.
En los sistemas hidráulicos multiactuador, la ley de distribución de presión revela un principio fundamental: distintas cargas no pueden compartir directamente la misma fuente de presión. Esto se debe a que la presión en un sistema hidráulico es uniforme; la presión en cada punto de la misma tubería es igual en condiciones de estado estacionario. Cuando se conectan varias cargas en paralelo, la presión del sistema primero satisfará las necesidades de la carga más pequeña, mientras que las de las cargas mayores no se satisfarán.
Este fenómeno se puede observar mediante un sencillo experimento: cuando dos cilindros que requieren presiones diferentes (por ejemplo, 5 MPa y 10 MPa) funcionan simultáneamente, si la presión del sistema se ajusta a 10 MPa, el cilindro de baja presión se activará rápidamente debido a la presión excesiva, incluso superando su velocidad segura; mientras que si la presión del sistema se ajusta a 5 MPa, el cilindro de alta presión no se activará. Este conflicto en la distribución de presión es particularmente notorio durante los movimientos complejos de la maquinaria de construcción.
La distribución del caudal en un sistema hidráulico es como "dividir un pastel". Los recursos de caudal limitados deben asignarse racionalmente según las necesidades de los diferentes actuadores. Los métodos tradicionales de distribución del caudal incluyen principalmente dos métodos:
El efecto de regulación de velocidad de una válvula de mariposa se basa en el principio del "medio puente hidráulico". Una sola válvula de mariposa no puede controlar el flujo de forma estable; debe trabajar con la resistencia aguas arriba y aguas abajo para crear un diferencial de presión. Comprender este principio es fundamental para analizar las fallas del sistema. Cuando el flujo de la válvula de mariposa es anormal, es importante verificar no solo la válvula en sí, sino también la estabilidad de la presión del sistema.
Para solucionar las deficiencias de la distribución de caudal tradicional, se ha desarrollado en la industria de la maquinaria de construcción el innovador sistema LUDV (sistema de distribución de caudal independiente de la carga). Este sistema logra una verdadera distribución de caudal bajo demanda mediante una serie de ingeniosas características de diseño:
En el sistema LUDV, el caudal hacia cada actuador es proporcional únicamente al área de apertura del orificio, sin verse afectado por las diferencias de presión de carga. Por ejemplo, un operador puede controlar simultáneamente la elevación de la pluma (carga alta) y la inclinación del cucharón (carga baja), y el sistema distribuirá automáticamente el caudal adecuado para garantizar un funcionamiento coordinado, evitando el fenómeno de "flujo excesivo con carga pequeña" común en los sistemas tradicionales.
La solución de distribución de flujo electrónico más avanzada utiliza una ECU (unidad de control electrónico) para ajustar de forma independiente el área de cada orificio, integrando la información de los sensores para una distribución de flujo inteligente. Por ejemplo, un nuevo sistema hidráulico para cargadoras incorpora un orificio controlable de forma independiente (OR31) entre la salida de la bomba y la línea de retorno. Esto permite una regulación no coordinada con los orificios de trabajo (OR32, OR33, etc.), logrando un control de flujo más preciso y minimizando la pérdida de energía.
Las seis leyes fundamentales de la hidráulica —formación de presión, formación de flujo, pérdida de presión, distribución de presión, distribución de flujo y pérdida de flujo— constituyen la base teórica de la tecnología hidráulica. Estas leyes no solo explican los principios de funcionamiento de los sistemas hidráulicos, sino que también guían su diseño y la resolución de problemas. En la tecnología actual, en constante evolución, las innovaciones como la alta presión, la automatización inteligente y la integración electrohidráulica se basan aún en estas leyes fundamentales.
Un profundo conocimiento de estas leyes permite a los ingenieros hidráulicos avanzar desde el mero conocimiento del fenómeno hasta la comprensión de su esencia, y desde la experiencia al diseño científico. Ya sea analizando la causa raíz de movimientos complejos e incoordinados en una excavadora, diseñando el sistema hidráulico de una máquina de moldeo por inyección de alta precisión o abordando el problema del aumento de temperatura en una prensa de 10 000 toneladas, las seis leyes proporcionan soluciones fundamentales. Dominar estas leyes significa dominar la esencia de la tecnología hidráulica.